miércoles, 17 de septiembre de 2014

I Caleruelada

Han pasado casi tres meses ya desde ese 28 de junio, y no se si al resto de compañeros de travesía, pero a mi me da la sensación de que hace ya mucho de ese día. Buscando cerrar el objetivo de este blog, vamos a comentar la jornada, para poneros en situación de lo que vivimos entre las 6:45 y las 20:30. O más bien, desde el día entero de antes, ya que los nervios previos, la horrible idea en la cabeza de que falta algo (y así fue) y tantos detalles a tener en cuenta en busca de la ruta perfecta, generan bastante estres. Mucho tiempo organizando esto y no podía salir nada mal.

La noche de antes quedamos en Leganés Piqueras, Adri y yo, junto a parte del equipo de apoyo, para tomar una caña rápida (en mi caso un poleo, por prevención). Los nervios estaban a flor de piel y las estupideces derivadas de estos salían de nuestras bocas con una facilidad abrumadora. Muchas risas y revisión de todo el material que tendremos que llevar encima y en el coche de apoyo. Camaras de repuesto, herramientas varias para solventar cualquier imprevisto mecánico, alimentos energéticos, los moviles bien cargados y no se cuantas cosas más. A falta de unas horas vamos terminando todos los preparativos.




Al llegar a casa empiezo a preparar los dorsales con sus respectivas bridas para colocar en el frontal de las bicis y caigo en la cuenta de que no tengo el de David (El  Grillo). Las once de la noche y solo me queda un locutorio del barrio, donde me hacen una rápida impresión que, aunque no queda como debiera, permite salir del paso y solventar el contratiempo (desde aquí vuelvo a perdirle disculapas). 
Tiro de memoria y solo me queda organizar la ropa, meter el track de la ruta en el gps y guardar una buena ristra de pilas por si acaso hicieran falta, ya que se preveen muchas horas encima de la bici.

Cuando ya, por fin, creo tener todo preparado, es cerca de la una de la mañana y me tumbo en la cama convencido de que va a ser dificil conciliar el sueño. Está todo listo y no veo el momento de empezar a dar pedales, aunque en la mente empiezan a surgir las dudas.... Son muchos kilómetros y nunca hemos estado tanto tiempo sobre la bicicleta. Twiteo alguna tonteria, miro la página de la Caleruelada de Facebook, y sobre las dos y media, calculo, logro dormirme.

A las seis y cinco de la mañana suena el despertador, y salto como un resorte de la cama, con una sonrisa nerviosa en los labios y un temblor de piernas que tardo en controlar. Tostada y colacao para desayunar y bajo al portal, donde he quedado con Piqueras y Adri para dirigirnos hacia el parque de Polvoranca, lugar de inicio de la jornada. Cuando bajo me encuentro a Piqueras, con cara de sueño, y pocos minutos despues llega Adri, también con cara de sueño. Por lo que veo ninguno hemos dormido mucho. Aun es noche cerrada y nos dirigimos hacia el lugar de encuentro cuestionándonos si ponernos chaqueta o no por el intenso frio que hacía. Al final, con una previsión más que segura de fuerte calor, nos arriesgamos a pasar un poco de frio en los primeros momentos. Son las 6:45 y a la llegada a Polvoranca nos esperan los padres de Adri, para apoyarnos en la salida (o asegurarse que realmente salíamos). Pocos minutos después aparecen David (Grillo) y familia.



Ahora ya si que no hay marcha atrás. Para las tres de la tarde, si todo va bien, deberíamos estar ya en Caleruela (pensabamos ingenuamente). Ponemos en marcha el GPS con la ruta a seguiry damos las primeras pedaladas sin tan siquiera imaginarnos el día que tendríamos por delante, y es que poco tardamos en darnos cuenta que la jornada iba a ser algo más compleja de lo que habíamos pensado. A penas unos metros desde el inicio y el GPS nos deja tirados. El mapa desaparece y sólo observamos en la pantalla una linea azul en medio de la nada más absoluta. Nos salva, de momento, que por lo menos hasta El Álamo, conocemos el recorrido, al igual que desde talavera hasta Caleruela. Nos quedan unos 60 km totalmente desconocidos entre El Álamo y Talavera que tendríamos que superar con ayuda de la intuición y de los dispositivos moviles que llevábamos.



Con buenas pierna y ritmo tranquilo en los primeros kilómetros, tomamos, según lo planificado, dirección hacia Mostoles, cruzando el ya conocido puente de hierro que cruza sobre el río Guadarrama, y llegando hasta El Álamo sin mayores problemas. A partir de ahí, con ayuda de los móviles, de la escasa señalización del "Camino Real de Guadalupe" y de las indicaciones de algún lugareño de la zona, coneguimos llegar sin demasiadas dificultades al primer punto de control, situado en el la localidad de Fuensalida, donde nos reuniremos con el coche de apoyo, 60 kilómetros después de comenzar la Caleruelada.


Tras un merecido desayuno, y reponer bidones de agua y barritas energéticas, volvemos a subirnos a las bicis. Con más pena que gloria, conseguimos encontrar el camino correcto y, a partir de ahí, comenzamos a sentir como poco a poco, el viento hacía acto de presencia, como preveíamos, de cara, aunque mucho más virulento de lo esperado. La Caleruelada se ponía cada vez más cuesta arriba y no era precisamente por las cuestas. La velocidad que eramos capaces de mantener llaneando cada vez era menor, y el dolor de piernas se agudizaba por momentos. A eso hubo que sumarle un par de malas decisiones a la hora de elegir el camino a seguir. De nuevo, gracias a los móviles y a la buena orientación del compañero Adrián y Piqueras, encontramos el buen camino, aunque ya desistiendo de seguir el "Camino Real de Guadalupe". Es una pena que una ruta con tanta historia y tan utilizada esté tan mal señalizada.

El objetivo de la jornada se ponía cada vez más dificil. La cabeza nos empezaba a pasar malas jugadas y las piernas no es que fueran sobradas precisamente. Y para culminar, sobre el kilómetro 93 sufrimos una baja, que supondría un auténtico jarro de agua fría para el grupo. Piqueras, tras aguantar un buen tramo a cola sufriendo con muy malas sensaciones, decide echar pié a tierra antes de entrar en el municipio de Domingo Pérez. Intentamos convencerle, teniendo en cuenta que nos encontramos a pocos kilómetros de Talavera (o eso pensábamos), que moralmente supondría un importante subidón, pero cuando no van las piernas no hay forma de continuar, y uno mismo, mejor que nadie, sabe cuando hay que bajarse de la bici. El año que viene estoy seguro que te tomarás la revancha amigo.



Caras largas y dudas que realmente hacían presagiar un mal final. EL viento seguía aumentando la fuerza y te daban ganas de llorar cada vez que mirabas el cuenta. Por carretera, en llano, apenas se superaban los 10 km/h. rodando por rectas interminauables, y quedaba lo peor. Más pronto que tarde, empezaron los calambres, aunque los pudimos controlar con estiramientos sobre la bicicleta. En el cercano municipio de Los Cerralbos sin apenas agua y prácticamente cadavéricos, paramos en un pequeño comercio donde compramos una botella y nos regalan media que tenían para su uso (os podeis imaginar en que estado cruzamos la puerta). Minutos más tarde, viendo que necesitabamos algo más, volvemos a entrar a comprar unas cocacolas y engullirlas acto seguido. Charlando con el tendero, le contamos de donde venimos, y a donde vamos. Al escucharlo, no recuerdo ahora cual fue la contestación, pero su cara decía muy claramente "vaya tres locos".
Durante este necesario parón, si algo queda claro, es que animicamente estamos hechos polvo. El viento y la retirada de Piqueras nos ha hecho hundirnos hasta el punto de escucharse algún comentario sobre la retirada. Y es que desde que dejamos a nuestro compañero en la entrada de Domingo Pérez, el esfuerzo ha sido enorme y el cuenta no lo reflejaba en absoluto. A penas unos pocos kilómetros habiamos hecho en realidad en un espacio de tiempo importante. EL horario previsto de llegada a Talavera estaba marcado en torno a la una de la tarde (siendo optimistas), y en ese momento, echando un ojo al terreno que nos quedaba, nos ibamos a más de las cuatro.
Con el cuerpo cada vez más dolorido, volvemos a ponernos en marcha. Al salir del pueblo, nos volvemos a encontrar con el viento, pero algo ha cambiado. Notamos que las piernas van mejor que antes. Parece ser que el azucar nos ha recargado las pilas y, aunque seguimos rodando a ritmo bajo en comparación al esfuerzo ejercido, las sensaciones mejoran radicalmente.

Pasa el tiempo y los kilómetros, y estamos ya practicamente en la entrada de Talavera, eso sí, la entrada en Talavera es muy larga, y si durante toda la jornada nos habían respetado las averías, eso se iba a acabar. Adri pincha, con el correspondiente cambio de cámara. Al reanudar la marcha, parece que tiene también la otra rueda pinchada. Ya es mala suerte pinchar las dos a la vez, pero eso no nos iba a afectar. Sabiamos de la proximidad del segundo punto de control y nada nos iba a impedir llegar. Cambiamos la otra cámara, y sin pensarlo nos subimos de nuevo a dar pedales activamente. Por fin, en un punto de la larga entrada de Talavera, enlazamos con un carril bici por el que volamos hasta entrar ya oficialmente en la localidad talaverana, cruzándola a buen ritmo hasta llegar al punto de control, donde nos esperan con una gran cerveza y un montadito.

El agotamiento ya es visible, el sol se deja notar en nuestra piel y los estiramientos se vuelven obligación ante los calambres, pero pronto nos damos cuenta de lo poco que nos queda para completar esta I Caleruelada y empiezan a dibujarse tímidas sonrisas en nuestros labios. EL momento de los lamentos y los demonios en la cabeza parece haber desaparecido, o eso pensábamos.
Nuestro coche de apoyo, ya con Piqueras, nos surte de alguna cámara, agua y más barritas antes de volver a las bicicletas. Últimos 40 km del día en un terreno que, a priori, debería ser favorable y cuesta abajo, que fue reconocido por Adri, lo que nos quita una preocupacíon de encima.

Una vez más, pecamos de optimistas, y parece que alguien se ha dedicado la noche anterior a darle la vuelta al camino convirtiendo la cuesta abajo en una cuesta durísima por la que no se podía ir más rápido de los 10 km/h. Los primeros kilómetros de salida de Talavera nos pusieron los pelos de punta con una recta con el aire en contra una vez más por la que era imposible avanzar.Con muchísima fatiga cruzamos el polígono industrial Torrehierro cogiendo la pista que transcurre en paralelo a la autovía A-5, que ya no dejaríamos hasta la altura de Alcañizo. En este trayecto, debido al esfuerzo acumulado, y de nuevo con los demonios acechándonos, decidimos parar en una gasolinera a meternos cafeina y azucar en vena. Gracias a esto, conseguimos reponer unas mínimas fuerzas que nos permitieron llegar al final de la ruta.

Como decía antes, a la altura de Alcañizo, dejamos la pista que tomamos en el polígono de Talavera, tomando un camino en bastante buen estado que nos tendría que llevar hasta Oropesa, donde ya podríamos decir que esto esta hecho. El viento ya no nos entra de cara, lo que nos alivia profundamente, y sólo el paso a nivel del tren y un pequeño pero duro repecho nos separa del municipio del castillo. Al salir de Oropesa, nos encontramos con el coche de apoyo para acompañarnos ya hasta el objetvio, Caleruela, en los últimos ocho kilómetros.


Trece horas y ventiocho minutos depués de dar la primera pedalada del día, conseguimos culminar la I Caleruelada. Un recorrido no muy complicado, salvo por los muchos kilómetros que hay que recorrer, pero que con la aparición del fuerte viento se convierte en un infierno. Sabor agridulce al bajarnos de la bici, ya que nunca nos hubieramos imaginado antes de echar a andar que no llegaríamos todos.
Para culminar el largo día que hemos sufrido, las fotos de rigor donde habíamos situado la meta, parada en los comercios del municipio La Huerta Grande y Pikoto, donde nos invitaron a tomar un refrigerio, y la merecidísima paella que los amigos de la piscina nos hicieron para la hora de la comida, y que no tuvimos más remedio que cenarla.



 Resumiendo,una jornada larga y dura, que desde el kilómetro cero se nos fue poniendo cuesta arriba, pero que disfrutamos como enanos a pesar del dolor de piernas y de otras partes del cuerpo. Y es que, más de trece horas sobre el sillin son muchas horas.


Por último, queremos en este punto agredecer, a la ya mamá, Ana, y a ambas Elenas, primero, por aguantarnos durante todo este tiempo, y segundo, por la gran labor que han hecho con el coche escoba. Asimismo, a todos los que habeis seguido, por facebbok sobre todo, esta aventura y nos habeis hecho llegar vuestros mesajes de ánimo. A mi primo Carlos, que ha sido el enlace entre nosotros y Caleruela y , por último, a La Huerta Grande y Pikoto por su generosa invitación, y al bar de la piscina por la rica paella y los cambios de horarios que convirtieron la comida en cena.

Ahora sí que sí, cerramos página de la I Caleruelada, aún con el recuerdo fresco, pero abrimos una nueva, en la que escribiremos la segunda edición, donde esperamos que el equipo crezca y que los valientes que no pudieron acompañarnos en esta ocasión puedan unirse en la aventura. Estais todos invitados, asi que no digais luego que no habeis tenido tiempo de entrenar.


Un abrazo a todos de parte del equipo de la Caleruelada, y nos vemos en los caminos!!!

jueves, 26 de junio de 2014

Llega el gran día!!

Como todo llega en esta vida, ya está aquí la gran cita para la que llevamos ya no se el tiempo preparándonos.  Mientras escribo estas líneas sigue corriendo el reloj y a menos de dos días para el evento había que escribir algo. Finalmente seremos cuatro los que estaremos en la línea de salida el sábado 28, aunque por facebook haya alguna filtración sobre mi posible ausencia (es verdad que estoy pachucho, pero estaré a tope para entonces). Asi, partiremos con destino a Caleruela Adrián Llera (Adri), Miguel Piqueras (Piqueritas), David Iglesias (El Grillo) y un servidor, Alberto de la Llave (Alberto). Aquí os dejamos el dorsal conmemorativo que portaremos durante la prueba y que hemos hecho con mucho mimo:



 


A parte de los cuatro valientes que pedalearemos hasta Caleruela, nos acompañarán, como coche de apoyo, Elena y Ana (las chicas de Piqueras y Adri). Ellas serán serán las encargadas de darnos asistencia técnica si lo necesitamos y avituallamiento. Desde aquí queremos agradecerles su ayuda y su apoyo.

El tiempo, aunque aun no es del todo fiable, según la AEMET, nos marca unas mínimas de alrededor de 17º y unas máximas que superan los 30º. La predicción del viento, por su parte, nos habla de unos 20 Km/h con dirección este, aunque insistimos, aun no es del todo fiable a estas alturas de semana.

Con la moral por las nubes, como es normal ante tal reto, partiremos del Parque de Polvoranca (Leganés) a las 6:45, con los primeros rayos de Sol y aprovechando el fresquito de las primeras horas, ya que sombra va a ser poca la que nos encontremos al cabo de la jornada. Se han establecido dos paradas cortas en los municipios de Fuensalida y Talavera de la Reina para comer algo más solido a parte de barritas y geles, y una última parada (más que parada, reagrupamiento) en Oropesa para llegar tanto participantes como coche de apoyo juntos al destino final.

Una vez concluida la parte exigente de la I Caleruelada, viene lo mejor, las merecidas cervezas y una suculenta paella que nos prepararán los amigos del bar de la piscina. Asimismo, aceptamos la invitación que vía facebook nos lanza Laura para visitar su tienda, "La Huerta Grande".

Podreis seguir todo el desarrollo de la I Caleruelada por twitter mediante el hashtag #caleruelada.

miércoles, 4 de junio de 2014

¿Domingo sin perros?

Ni era domingo, ni hubo perros. Era sábado 31 de Mayo, 9:00 de la mañana, en Leganés con nuestras bicis preparadas, el ánimo a tope y un objetivo, hacer 90 km. Algo más de la mitad del objetivo final.
Sin más tiempo para pensarlo nos ponemos en marcha. Un recorrido ligero y con una temperatura fresca llegamos rápidamente a Boadilla del Monte. En la cabeza sigue estando nuestro objetivo, este es llegar hasta Villanueva del Pardillo, aunque los caminos cercados y un GPS más que rebelde, hacía intuir que no iba a ser tarea fácil.

Dejando atrás el Encinar de Boadilla, Las Lomas y encarando hacia Entrealamos, las dudas parecen disiparse, más aún con una larga bajada que Alberto y Adri que con su dominio sobre la bici, no dudan en aprovechar, mientras que yo más miedoso y desconfiado de mi maquinaria, desciendo despacio ¿y ahora donde estamos? ¿un riachuelo? No pasa nada lo bordearemos y ya está, encontraremos un paso. Aunque el camino es estrecho y poco utilicidado, se puede rodar, pura MTB, pero no, se acaba el camino, el GPS así lo indica. No pasa nada nos damos la vuelta hemos cogido el camino equivocado. Mismo camino bordeando el agua, con grandes matorrales, cardos y más vegetación bastante asalvajada. Cada vez el camino es más estrecho, aveces parece que no hay camino, aveces que podemos cruzar el agua, aveces parece que se acaba la tierra. ¿Donde estamos? Según el mapa estamos a un paso de la Mocha Chica, pero ¿donde está?. Hay bajarse de la bici, para bajar por pendientes impracticables, también para subirlas. Alberto se ve con fuerzas y confiado e intenta bajarlas sin poner pie a tierra. Alguna vez lo consiguió, está claro que está muy fuerte, pero no siempre pudo, incluso apunto estuvo de morder el polvo. Adri en cambio más cauto solo se atreve con las más seguras, es lo más sensato y así lo demuestra, no todo es fuerza, también cabeza. Yo ni siquiera lo intento, no veo con fuerzas para intentar bajar y subir por esas pendientes y mucho menos con confianza, así que con pie en tierra las paso con más pena que gloria, no sin esfuerzo.



Seguimos en mitad de ninguna parte ¿que hacemos? volvemos a mirar el mapa, parece que un poco más adelante hay un camino de verdad, nos ponemos rumbo a ello, pero a la lejos se escuchan unos fuertes ladridos. ¡No puede ser! ¡otra vez no!. Paramos para pensar, está tan cerca el camino. no hay marcha atrás, vamos a inspeccionar, como la otra vez me pongo en cabeza, que sea lo que dios quiera. Llego a una fuerte bajada y se ve el camino, ¡Bien! pero los ladridos siguen ahí, cada vez más cerca, a lo lejos se atisba una granja, puede ser que estén dentro bien atados o por lo menos con las puertas cerradas. Decidido bajo y compruebo, no sin antes bajarme de la bici, para descender, casi me caigo por la fuerte pendiente y el terreno arenoso, lo cual provoca ciertas risas a mis espaldas. Conseguido, perros localizados, bien guardados por sus dueños. Avisado el equipo este empieza a bajar con Alberto a la cabeza, valiente y confiado como siempre, lo que provoca una caída sin daños pero con unas buenas risas y un buen descanso para mí.


Ya llevamos más de la mitad del tiempo previsto para el día y lejos de nuestro objetivo. Tal y como estamos ya no hay tiempo para seguir, tenemos que buscar el camino de vuelta y tomar como bueno el entreno, aunque no se consiga el objetivo del día. Después de llegar a Majadahonda, enderezamos nuestro rumbo hasta volver por donde vinimos. Alberto y Adri siguen fuertes y así lo demuestran, yo en cambio empiezo a notar mi falta de entrenamiento las últimas semanas y las sensanciones con la bici. El camino no es duro pero nunca cómodo, sin olvidarnos de nuestro amigo el viento.




Así después de casi tres horas y media, hemos recorrido 65 km y las conclusiones son, 65 km son 65 km, nunca hay que menospreciar un entrenamiento. Alberto va sobradísimo, Adri ha avanzado con tanta rapidez que dentro de poco podrá con Alberto. Yo en cambio siembro dudas en el equipo, a mi mismo, aunque he dado mi palabra y cumpliré.
Después de todo esto no podía faltar una gran barbacoa con nuestras chicas, que paciencia tienen y con nuestro gran NICO, que ganas hay de conocerlo. ¿Seguirá la saga de su padre? pronto lo sabremos....



martes, 20 de mayo de 2014

Visita al Real Sitio de Aranjuez

El calendario sigue corriendo, y el día señalado a fuego se acerca, haciéndonos dudar en algún que otro momento de nosotros mismos. Siempre surgen las mismas preguntas, ¿nos habremos venido arriba demasiado con esta aventura? ¿tendremos suficientes piernas?
Para tomar más confianza y seguir avanzando hacia una idónea preparación, las rutas que elegimos para hacer van siendo paulatinamente más largas, y si a eso unimos un cierto reclamo turístico, era inevitable que en algún momento el destino fuera Aranjuez.

Y así, el pasado domingo, el compañero Adrián y un servidor, cogimos camino hacia el último de los municipios madrileños situados en el sur. Con puntualidad británica, a las 08:00 horas, tomamos la salida desde la casa de los LLera-Santamaría, en una jornada que se antojaba, al menos en las primeras horas, fria; y larga, ya que son 65 km los que nos separán de Aranjuez en el recorrido seleccionado (en mi caso, desde Leganés, algunos más).


Aún con legañas en los ojos, nuestras entumecidas piernas nos llevan por los alrededores del cementerio de Getafe, hacia las pistas ya conocidas de sobra por nostros, que nos harán llegar a los Cortados de Rivas. Zonas anchas y con buen firme, que hacen que el ritmo sea constante y elevado en los primeros kilómetros. La única dificultad es un tramo de sendero que transita entre unas piedras que hacen imposible pasar por él subido en la bicicleta y que provocan una caida tonta (por buscar una buena foto), una herida en el tobillo de Adri, y un golpe en mi gemelo bastante doloroso causado por su bicicleta.
Momentos antes de la caida
Echando pia a tierra


Tras superar este leve contratiempo, y algo doloridos, seguimos por un tramo de pista bien asfaltado que nos ayuda a recuperarnos y por el que rodaríamos hasta enlazar con el carril bici hacia San Martín de la Vega. Desde aquí, unos momentos de alternar pista y la carretera comarcal M-404, donde compartimos algunos kilómetros con un pequeño pelotón a lomo de sus "flacas", para finalmente tomar el camino que ya no dejaríamos hasta la entrada a Aranuez.


Una mañana perfecta para la práctica del MTB y un destino a la altura de las circunstancias tras los kilómetros soportados. Como premio no podía faltar, tanto las fotos de rigor en el Palacio Real, como un buen desayuno para reponer la energía perdida.




La vuelta, en esta ocasión, será en un comodo asiento del cercanías, donde tenemos ocasión de comentar las anecdotas del día y organizar la merecida barbacoa que nos aguarda en casa.

Por último, esta vez  os dejamos también el track que hemos subido a Wikiloc:

martes, 13 de mayo de 2014

Uno más para el reto

Muchas de las veces que he salido con la bici en el pueblo me venía una idea a la cabeza : "Estaría guay poder llegar desde Madrid al pueblo o viceversa" siempre pensando que sería casi imposible hacerlo a través de caminos y mira tú por donde apareció La Caleruelada (no solo he tenido yo esa idea).Cuando lo vi dije:"Esta es la mía" y ahora que ya hay fecha me uno 100 por 100 al reto.

Hace 4 años deje el mundo de la nicotina y para conseguirlo mi reto fue hacer el Camino de Santiago en bici desde Madrid.Conseguí las dos cosas,hacer el Camino +-700km en 7 días y dejar el tabaco,aquí empezó mi afición a la bici que continua hasta hoy aunque este año no he salido mucho por causa de la otra bici a motor...jejeje...

De aquí hasta la fecha me quedan 7 semanas para ir cogiendo forma para llegar vivo completando los 160km en el día.En la ruta de hace 2 semanas me entro una gran "pájara" y eso que solo fueron 60 km (Valdemoro-Ciempozuelos-San Martin de la vega-Perales del río) y la ruta del fin de semana pasado,pensando ya seguro en la Caleruelada,también fueron 60 km pero esta vez sin ningún problema, se ve que puede mucho la cabeza y las ganas (Valdemoro-Pinto-Parla-Torrejón de velasco-Fuente la teja).

Bueno pues nada,ya os iremos contando más,perdón por el tocho pero el culpable de esto ha sido Adrián...le podéis echar a él las culpas......

Un saludo.
P.D: Me pregunto Adrián un nombre para el dorsal y aquí no tengo dudas....."El Grillo".

Polvoranca - Batres - Día de estreno

El pasado domingo 11 de mayo volvíamos a los caminos, Alberto y yo, con idea de sufrir los menores percances posibles, aunque visto lo visto hasta ahora lo normal sería que nos atacara algún animal o rompiéramos algún componente.



A las 9:00 en el punto de partida de la Caleruelada, el parque Polvoranca, salíamos con dirección a Batres. Un día que se iba caracterizar sobre todo por 2 nuevos elementos: mi nueva MTB y el nuevo GPS de Alberto.

El GPS pronto nos haría de las suyas o mejor dicho nosotros nos hacíamos a nosotros mismos ya que tardamos en salir del parque un “poquitín” más de lo normal hasta que empezamos a pillar el tranquillo a las indicaciones del GPS. Este entrenamiento de orientación nos va a venir genial para la Caleruelada que aunque conocemos gran parte del camino todavía hay tramos que no tenemos visionados y allí el GPS será muy protagonista. Por otro lado mi nueva MTB increíblemente mejor que mi antigua ORBEA , que echo de menos en cada pedalada ,pero el reto exige un material adecuado a la altura del mismo me ha hecho comprar una nueva y mucho mejor MTB. Esta mejora me permitirá afrontar el reto de una forma más cómoda y segura aunque todavía no estoy adaptado al 100% a estas nuevas MTBs mucho más grandes y con una “geometría” muy diferente lo que hace que en los tramos complicados me toque poner el pie en tierra para evitar males mayores. (“si no recuerdo mal durante el día tuve que echar pia a tierra al menos 4 veces”)


Una vez conseguimos entender al GPS llegamos a Fuenlabrada que cruzamos raudos y veloces por el barrio de Loranca con dirección a Moraleja de Enmedio. El camino que une ambas localidades se encuentra en perfecto estado y nos permite rodar con comodidad solo algún repecho más duro de lo normal hace bajar nuestro ritmo.

Camino de Batres
Llegamos a Moraleja y nuevamente el GPS toma el protagonismo haciéndonos volver sobre nuestros pasos pero pronto recuperamos la orientación y encontramos el camino que nos llevara directamente a Batres. Nuevamente pista en muy buen estado que nos permite disfrutar de una animada charla mientras pedaleamos a buen ritmo. La charla acaba cuando llegamos a una zona rápida entre encinas y olivares que nos permite disfrutar de una rápida y algo peligrosa bajada poniendo a prueba nuestra valentía. Tras la bajada a “tumba abierta” como si nos intentaremos escapar del pelotón llegamos a un llano donde decidimos para para revisar el GPS que nos pedía cambio de pilas, aprovechamos la parada para recuperar energías comiendo algo y refrescarnos que la temperatura casi veraniega exige no olvidarse de hidratarse, como siempre dice Perico hay que aprovechar cualquier momento para comer y beber para evitar la visita del “Tío del Mazo”.

Recuperando Fuerzas

Reiniciamos la marcha ya con la iglesia de Batres al fondo por unas estrechas trialeras donde mi MTB nueva me pone en algún apuro pero sin mayor problema. Acabamos subiendo varios repechos que ponen a prueba nuestras piernas pero demostramos una gran fuerza y nos presentamos en Batres sin problemas.

Vistazo rápido al Castillo y decidimos regresar por otro camino donde encontramos varios repechos que van pasando mella y sobre todo un aire en contra que hace que el esfuerzo sea el doble. Con un calor ya considerable seguimos a buen ritmo superando cada repecho hasta volver a llegar a Moraleja donde nuevamente el GPS nos regala alguna que otra subida innecesaria. Llegamos a Fuenlabrada donde nos incorporamos al carril bici que recorre gran parte de la localidad donde podemos relajar brazos y piernas después tanto camino de tierra. Este último tramo muy agradecido nos lleva con rapidez al barrio de Polvoranca donde ponemos fin a este entrenamiento con una buena cervecita fresca (entrenando 3er tiempo).



PD: Destacar lo respetuosa que es la gente de Fuenlabrada con el carril bici, esperemos que en otras poblaciones cercanas vayan cogiendo el concepto.

miércoles, 7 de mayo de 2014

Fecha y recorrido oficial de la I Caleruelada


Parece que fue ayer cuando nos embarcamos en esta aventura. En este tiempo hemos entrenado mucho, conscientes de que los 150 kilómetros de la Caleruelada no son moco de pavo, y de que, aunque no nos encontremos con una orografía complicada, la distancia a recorrer infunde, por lo menos, respeto.

Empezamos dos locos, y al poco, se sumó el tercero (siendo ampliable el número si se quiere sumar algún valiente más) a esta idea, que ya rondaba por nuestras cabezas desde hace tiempo, pero que no nos atrevíamos a poner en marcha a sabiendas de lo complicado de la misma.
 
Y así, empezamos a andar, o más bien, a rodar. Al informático del equipo se le ocurrió la idea de este blog donde hemos ido volcando muchas de las vivencias y donde hemos compartido los lugares que hemos tenido la oportunidad de conocer a lomos de nuestras bicicletas. Pero el tiempo pasa, y el objetivo se acerca, y se acerca tanto que ya teníamos que concretar una fecha para poder organizar todos los detalles, principalmente la compra del billete de avión de Piqueras. De este modo, y tras unos días de cuadrar agendas, hemos decidido que la fecha oficial de esta I CALERUELADA sea el sábado, 28 de junio (ya se ha comprado Piqueras el billete así que no hay vuelta atrás). Del mismo modo, y aprovechando estas líneas, vamos a comentar un poco el recorrido, que como ya se dijo, se va a basar casi exclusivamente en el Camino Real de Guadalupe. Este camino, utilizado ya en la época romana como vía de comunicación, cambió su función tras la construcción del Monasterio de Guadalupe en el siglo XVI, convirtiéndose en ruta de peregrinación .

Camino Real de guadalupe
Como decía, casi de forma única, utilizaremos este Camino Real. Quitando algún leve repecho, llanearemos, picando en muchos tramos levemente hacia abajo por unas pistas anchas y fáciles para rodar, salvo por alguna zona con mucho bache que pondrá a prueba el callo que hemos ido forjando en nuestras posaderas en estos meses.

Nuestro punto de inicio lo hemos situado en el parque de Polvoranca, perteneciente a los municipios de Leganés, Fuenlabrada y Alcorcón. Desde allí, pondremos rumbo a la vecina población de Móstoles, donde conectaremos con el Camino  Real de Guadalupe, que nos llevará por las poblaciones de El Álamo, Casarrubios del Monte, Las Ventas de Retamosa, Camarena, Fuensalida, Torrijos, Carmena,  La Mata, Erustes, Cebolla, Montearagón,  Talavera de la Reina, Calera y Chozas, Alcañizo y Oropesa. 

Castillo de Oropesa
En Oropesa dejaremos la ruta de peregrinación, que sigue su camino natural hacia El Puente del Arzobispo, y afrontaremos los últimos kilómetros por los pueblos de Lagartera, Herreruela de Oropesa y, por fin, nuestra meta, Caleruela. Alrededor de 160 kilómetros y veinte municipios bajo un sol que se presupone abrasador para esa época del año, pero que no va a conseguir minarnos ni los ánimos ni las ganas de completar la I CALERUELADA, y esperamos que no la última.

Cartel que nos da la bienvenida en la entrada de Caleruela

martes, 6 de mayo de 2014

Media maratón de Ibiza 2014




¿Mountain bike? Esta vez no. Hace 4 meses exactamente, estaba celebrando la nochevieja, con más amigos de Leganés, y entre trago y trago a alguien se le ocurrió vacilar con lo mucho que corría. No se diga más el 1 de Mayo hay una 1/2 Maratón en Ibiza y para uno de "Sanni" no hay más que hablar, al día siguiente billetes comprados. 

Como anfitrión en la isla no iba a ser menos, hasta entonces no había pensado correr y mucho menos 21 km sin parar. A ver quien dice que no ahora, así qué después de 4 meses llega el día.






7:30 de la mañana, casi todos llevamos 1 hora despiertos, entre nervios y algún que otro sonámbulo, nos levantamos a desayunar a dos horas del pistoletazo de salida. Preparativos, cremítas para el sol, las rozaduras y mucha hidratación, no son ni las 9,00 y casi 20ºC.








Y después de los nervios previos, empieza la carrera en Sant Mateu, un pueblecito del interior, una subida muy dura pero no demasiado larga para no destrozar al personal. 

Ponemos rumbo a Santa Gertrudis a unos 12 km de la salida, las piernas funcionan, la respiración es buena, los ánimos enteros, el objetivo es llegar, no hacer una gran marca. Sobre el kilómetro 14 nos esperan nuestras animadoras Patri, Ángela y las Elenas, gran apoyo durante todo el día.
Y llega la peor parte el km 16, ya llevamos 1 hora y media, el recorrido está siendo un rompe piernas, aunque los gráficos parecen que solo es bajada, no es lo que sienten nuestras piernas, . El resto del camino son bajadas pronunciadas y pequeñas subidas con mucha pendiente, en una recta de casi 4 km interminables, en medio de un sol de justicia y una humedad casi insoportable. Ya nos avisaron, cuidado en el 17, ahora ya se lo que significa, pero nuestra ilusión por terminar hace que lleguemos a Ibiza, aunque con la batería bajo mínimos. 

Y por fín a lo lejos la meta,
como no, nuestras animadoras particulares incansables en apoyarnos, hacen que esa última recta sea la más corta de todas. Por fin en la Meta, objetivo conseguido con mis compañeros de carrera Jaime, Ruben, Carlos, Dani, Noelia, Verónica e Ivan, hora de reponer fuerzas con una buena jarra de cerveza.

           
  Es verdad que no iba en bici, pero un entrenamiento es un entrenamiento y seguro que ayudará al objetivo de la 1ª Caleruelada. Gracias a Adri y Alberto por dejarme escribir este post. Ahora toalla, playita y el primer bañito del año, JI JI JI...